27 de Mayo

Belem es una encantadora jovencita que recientemente ha sido diagnosticada con leucemia. Después de 3 semanas en el hospital lo único que deseaba era volver a casa, estar con su familia y comer los platos caseros de su madre, especialmente sus tortillas.

Le dijeron que sus niveles de azúcar en la sangre estaban elevados y posiblemente a niveles de diabetes. Esto la hacía sentirse aún más triste ya que su madre es diabética. Sentía que si ella también fuese diabética estaría decepcionando a su madre. Sin embargo, tenía hambre, estaba perdiendo peso y echaba de menos a su casa y familia.

Hicimos tapping:
Aunque estoy triste y simplemente quiero regresar a casa, soy una jovencita maravillosa.
Aunque estoy tan cansada del hospital y quiero volver a casa, soy una chica maravillosa.
Aunque echo mucho de menos a mi mamá, soy buena chica.
Está bien renunciar a las maravillosas tortillas de mi mamá durante algunos días para conseguir que el nivel de azúcar en mi sangre vuelva a ser normal.
No quiero que mi mamá esté decepcionada conmigo.
Siento que si yo también tengo diabetes, la decepcionaré.
No quiero hacer eso.
Amo a mi mamá.
Estar en el hospital es el mejor sitio para asegurarme que mis niveles de azúcar en la sangre vuelvan a ser normales.
Quiero mejorarme pronto.
Elijo estar bien aquí en el hospital durante algunos días más.

Se tranquilizó.

Le pregunté qué había en su vida que no era dulce. No le gusta cómo su madre siente tristeza a veces. Le pregunté si pensaba que había algo en la vida de su madre que tampoco era dulce. Estaba haciendo una correlación entre el diabetes (demasiado azúcar en la sangre) y la necesidad de hacer que la vida fuese más dulce que lo era (debido a una falta de azúcar). Descubrimos algunos viejos patrones que su madre había aprendido que la entristecían y la hacían sentir que la vida no es dulce o que la vida es dura.

Hicimos tapping:
Aunque mi mamá está triste y siente que la vida no siempre es dulce, yo soy una jovencita maravillosa.
Aunque a veces siento que la vida no es dulce, como cuando tengo que permanecer en el hospital y quiero regresar a casa, me amo.
Aunque mi vida no siempre es dulce, yo soy una muchacha dulce.
La vida no siempre es dulce.
A veces la vida es dura.
Yo puedo hacer elecciones sobre cómo me siento.
Puedo sentir que la vida es amarga y dura o puedo elegir encontrar la dulzura que hay en ella.
Puedo ser feliz. Elijo ser feliz aún mientras estoy en el hospital.
Puedo elegir buscar la cosas dulces de la vida y disfrutarlas.
Incluso puedo hablar con mi cuerpo y hacerlo saber que quiero enfocar sobre las cosas dulces para que no tenga que fabricar tanta azúcar en la sangre.
Puedo ser feliz esté donde esté.
Ese es mi regalo a mi misma y a mi familia – romper los viejos patrones de que la vida no es dulce.
Puedo hacer que la vida sea dulce con mi actitud.

Se animó y me echó una mirada increíble. Dijo que puede estar feliz a toda hora así como lo estoy yo. Le dije que no siempre estoy feliz pero que cuando surge cualquier cosa puedo elegir observarlo y averiguar qué tengo que hacer para sentirme mejor. Entonces vuelvo a estar feliz. Decidió que le gustaría dar el regalo de estar feliz a ella misma y a su familia.

Algunos días después, Till Schilling y yo llegamos al hospital con los Ositos Tappy donados al Proyecto Oaxaca. Le di uno a Belem. Me alegro el corazón hacerlo. Cuando le entregué su Tappy le dije, es tuyo y te recordará que todos los días pueden ser dulces. Me dio una gran sonrisa destellante.

Belem y Deborah

Belem y Tappy

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